Tanto es así que en el 2003 el equipo del Dr. Babior et al. descubrió la presencia fisiológica del ozono en el organismo, la generación de ozono por los neutrófilos humanos.
Las acciones microbiocidas son una de las propiedades más validadas y actuales del ozono. La mezcla de ozono y oxígeno, manipulada adecuadamente puede proteger tejidos sanos, inactivar fácilmente las especies bacterianas, virales y fúngicas que infectan las heridas, proporcionando a los médicos una efectiva herramienta para combatir las úlceras diabéticas, úlceras de presión, úlcera venosa, heridas infectadas y quemaduras.
El ozono administrado de forma sistémica (autohemoterapia mayor, solución salina ozonizada, insuflación rectal y vaginal), tiene efectos metabólicos, fisiológicos e inmunológicos que, con nuevas investigaciones y comprensión, lo han convertido en una modalidad de tratamiento valioso en el abordaje de infecciones sistémicas, cardiovasculares, neurodegenerativas y como coadyuvante en ciertos tipos de cáncer.
El ozono contiene el estrés oxidativo celular y el metabolismo del oxígeno. Dos propiedades que le dan un poder enorme en enfermedades que cursan por ejemplo, con isquemia (Ictus, diabetes, Infarto de miocardio, Alzheimer, etc.) Mejora la circulación sanguínea y es un potente antiinflamatorio y analgésico.